A partir de la lectura del texto “De las sociedades orales a las sociedades digitales”[1] surgen varias ideas interesantes. Una de ellas es la de pensar cómo en aquellos inicios de la humanidad, a partir de la necesidad de comunicación de información, nuestros arcaicos antepasados se ven abocados a establecer un código común de comunicación, inicialmente oral y mucho tiempo después escrito.
Llama la atención el hecho que el origen de la escritura se hubiera dado en un contexto de comercio, en un contexto numérico. Si bien es cierto, la escritura solucionó una necesidad sentida en el momento, también generó otras necesidades que debían ser satisfechas y que obviamente incidieron en la evolución de nuestra especie.
Otra idea, es la de pensar en que a los humanos de lo primeros tiempos les tomó años construir como grupo el código alfabético, el cual, por ejemplo a un niño de nuestros tiempos le toma muchísimo menos tiempo y lo posibilita para ejercer su derecho fundamental al aprendizaje, a la comunicación y a la expresión de sus ideas, sentimientos, creencias, percepciones, hipótesis, conocimientos, etc.
En este orden de ideas, es maravilloso acompañar y observar el proceso que los niños en educación inicial hacen para construir el lenguaje escrito, siguiendo casi los mismos pasos que sus antepasados prehistóricos, dándonos la oportunidad de vivenciar un hecho que sucedió hace mucho tiempo.
0 comentarios:
Publicar un comentario